¡Llega el tiempo de las terrazas! O eso pensábamos con la entrada de una nueva estación, la Primavera. La lluvia este año nos está tocando la moral. Esperaremos lo que haga falta.
Con la nueva temporada primaveral y veraniega, empezamos desde los bares a planificar los próximos 6 meses (más o menos). Ha llegado la hora de desempolvar los veladores, de crear una carta nueva de cócteles, de empezar a pensar en los eventos a la luz de las estrellas, y por supuesto de prepararse para estar a tope con la que se avecina en éstos meses.
Calor significa alegría. Con calorcito la gente sale, aguanta más, disfruta a tope. Con el calorcito la gente sale de sus casas a disfrutar, sobre todo por la noche. Una caña perfecta es aquella que te la tomas fresquita, en buena compañía y con el Sol en la cara (bueno, debajo de una sombrilla también vale). El Sol nos activa, hace que la gente se mueva, hace que la gente se eche a la calle.
Con la Primavera llegan los cambios. El cambio de ropa, el cambio de ánimo, el cambio de rutina. Comenzamos a experimentar esos días buenos en los que el Sol pica en la cabeza y te incita la diversión. Llega la hora de las terrazas.
Ya se nota en la calle. La gente ya ha hecho el cambio del café con leche calentita al café con hielo. Ya apetece la cerveza a "la fresca". Ya han salido los primeros mojitos (los mejores preparados por mi, claro). A pesar de que la crisis nos tenga los bolsillos vacios, siempre hay un momento para disfrutar de las terrazas.
Desde luego, yo ya me he puesto manos a la obra. Ya estoy preparando los cócteles y los ingredientes para elaborarlos. Ya estoy poniendo a punto la granizadora, porque ya apetece una granizada. Nose, quizás la hostelería está pendiente de éste tiempo de calor. Todo se reactiva. Mérida es una ciudad ideal para el turismo, y se notan en las calles los turistas. El festival Grecolatino ha dado vida ésta semana. Ya apetece pasear por las tardes y luego "echar algo" en una terraza. Pues eso, que ya ha llegado el tiempo de las terrazas.
Comienza una nueva etapa, la del movimiento (esperemos). La del cambio de la hora de disfrute en general, pues ya no saldremos a las 4 de la tarde a tomar el café porque a las 6 es de noche y hay que recogerse. No, ya salimos más tarde, las "tardes-noches" que apetecen disfrutar, aunque sea con una pequeña chaqueta para quitarte el fresquito de la noche (eh, que aún es primavera). Pero ya todo cambia, todos cambiamos. Ha llegado el tiempo de la calle, de los chiringuitos, de las cervecitas, de las terrazas.
Lo dicho, quizás no me guste demasiado el calor, pero sí me gusta la "vidilla" que nos da la primavera, pues la gente sale y disfruta del sol, el ánimo sube y disfrutamos de la vida de otra manera.
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